16.4.15

Escribir es una bomba de relojería.





La literatura es cruel 
y despiadada. 
Se adentra en ti,
intensamente,
y te destruye 
sin pedir perdón, 
ni permiso.

Te maneja 
como a un títere 
y logra que te desborden las palabras. 
Que respires letras 
y te alimentes de sílabas 
y no seas capaz de hacer otra cosa 
que leer 
y escribir; 
describir cada curva de la realidad 
y cada sensación.

Tienes a las historias escalando por tu espalda, 
despacio, 
como un susurro, 
haciéndote cosquillas, 
lamiendo el frío 
de tus costillas:

apoderándose de ti, 
convirtiéndose en tu vida.







(Entrada cortita, producto de unas ganas enormes de escribir algo. Cualquier cosa, lo que sea. No tiene nada de especial, salvo que es totalmente sentida. Y eso no es especial porque prácticamente todo lo que escribo lo siento, correteando por toda la columna, devorando el cuello, y haciéndose un hueco en cualquier recoveco. No, no es especial, pero espero que, si lo leéis, os guste igualmente.)
(abrazos eléctricos.)  

5 comentarios:

  1. Así son los escritores de corazón, incapaces de aguantarse las ganas de escribir. Y si ya son tan eléctricos como tú... A ver quién se libra del chispazo.

    Un placer leerte, escritora eléctrica.

    Yaiza.

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  2. La gente necesita artistas como tú, que les hagan volver a creer al emocionase leyéndolos.

    Viv.

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  3. Touché. (aunque yo poco he podido escribir últimamente, es como que se me ha secado el tintero, qué desgracia).

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  4. Muy bonito :)
    Esa necesidad loca de escribir, algo, lo que sea, ahí está la magia, ahí es donde sale todo.
    Encontré tu blog yendo y viniendo, espero que puedas pasar por el mío a mirar un ratito :)

    bonjoursamy.blogspot.com

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